Saltar al contenido

DE LA VERDAD A LA PAZ EN COLOMBIA

LUCHAR POR LA PAZ  DE COLOMBIA DEBE SER UN COMPROMISO DE LA ORDEN MASÓNICA MIXTA INTERNACIONAL LE DROIT HUMAIN – EL DERECHO HUMANO

Nuestra Orden en general y nuestro Taller en particular, nos agrupa para trabajar por la libertad, la igualdad y la fraternidad.

En todas nuestras ceremonias separamos un espacio vital para reconocer que la paz debe reinar entre los hombres y mujeres. Al abrir y cerrar nuestros Trabajos invocamos la sabiduría, la fuerza, el amor, pero sobre todo la paz. El progreso de la humanidad es contrario a la permanencia de los conflictos armados.

En el caso particular de las sociedades que, como la colombiana, viven en medio del conflicto armado, conviene resaltar que la libertad es un prerrequisito para la búsqueda de la verdad, condición sin la cual no es posible avanzar hacia la convivencia pacífica

El concepto de libertad se basa en la autonomía interior del individuo, para pensar, discernir y actuar. El ejercicio de la libertad implica actuar con equilibrio, lógica, mesura y respeto hacia los demás. Pero, además, tienen razón quienes afirman que la tolerancia es el límite de la libertad.

La libertad debe garantizar el ejercicio de la crítica que nos permita derrumbar las argumentaciones en favor de la violencia como instrumento político

De la libertad a la verdad y de esta hacia la justicia para avanzar hacia la reparación de las víctimas del conflicto y a los caminos de la no repetición como condiciones de la paz estable y duradera entre los colombianos.

Convendría recordar a Nietzche:

“El servicio de la verdad es el más duro de todos los servicios“.

“En aras de la verdad pasar hambre del alma“.

“Con lucha ha habido que conquistar todo avance de la verdad…“

No hay paz sin una disponibilidad al diálogo sincero y continuo. La verdad se realiza también en el diálogo. Ella aproxima los espíritus; manifiesta lo que une ya a las partes antes opuestas.

Colombia vive hoy un momento excepcional en relación con la verdad.

La verdad induce a apostar por las fuerzas de la paz que abrigan las ocho millones y medio de víctimas del conflicto en Colombia. Se trata de consolidarlas en la conciencia de su dignidad y de sus derechos imprescriptibles.

Es menester admitir que la verdad producirá luces y energías insospechadas para dar una nueva oportunidad a la paz.

Estos planteamientos deben hacer parte de nuestra orden: la verdad fortalece la paz desde dentro, y un clima de sinceridad permite movilizar las energías humanas para trabajar en beneficio de la convivencia pacífica. La verdad incluye el perdón y la reconciliación.

La Orden Masónica Mixta Internacional LE DROIT HUMAIN – EL DERECHO HUMANO, debe posicionarse como un referente inequívoco para trabajar en búsqueda de la verdad, contra la impunidad y en defensa de los derechos humanos y la dignidad de las víctimas del conflicto armado.

Nuestras convicciones deben animarnos a respaldar el trabajo de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad la convivencia y la no repetición[1] como uno de los tres componentes sustantivos del Sistema de Verdad, Justicia, Reparación y no Repetición construido en desarrollo de los acuerdos de paz entre el gobierno nacional y las Farc.

En el mundo hemos tenido más de 30 comisiones de la verdad desde 1983, con desiguales resultados para fortalecer los procesos de paz

En el caso colombiano la tarea de la Comisión es esclarecer los crímenes que ocurrieron en medio de la guerra, en los que estuvieron involucrados no solo los exguerrilleros, sino también paramilitares, miembros de organismos de seguridad del Estado y terceros que tuvieron relaciones con los grupos armados irregulares. Darle respuestas a las víctimas sobre los crímenes que padecieron los impactos de la violencia  es un objetivo superior del trabajo de los once comisionados..

Las investigaciones de la Comisión no tendrán efectos judiciales y su fin esencial es determinar qué ocurrió y por qué, para que no vuelva a repetirse.

OBJETIVOS DE LA COMISION

El primer objetivo es el esclarecimiento de la verdad, lo cual supone ofrecer una explicación amplia de la complejidad del conflicto, de tal manera que se promueva un entendimiento compartido de la sociedad.

En segundo lugar, la Comisión debe atender el reconocimiento, esto es, promover y contribuir al reconocimiento de las víctimas de las afectaciones y violaciones a sus derechos. También persigue el reconocimiento voluntario de responsabilidades individuales y colectivas.

En tercer lugar se busca promover la convivencia en los territorios para la creación de un ambiente transformador que permita la resolución pacífica de los conflictos y la construcción de la más amplia cultura de respeto y tolerancia en democracia.

Por último, la Comisión de la Verdad debe contribuir a que el conflicto armado no se repita.

Como ha sucedido en otras naciones, en Colombia el trabajo de esta Comisión que apenas inicia cuenta con detractores que han descalificado a los comisionados por su presunta  tendencia izquierdista y sus posiciones proclives a las guerrillas.

Es claro, por lo tanto, que la Comisión navegará en aguas turbulentas y tiene por lo menos tres grandes retos: El primero, la Comisión no será ajena a los tiempos políticos. El temor del sector político gobernante reside en que el trabajo de los comisionados podría erosionar una narrativa histórica instalada durante los años de la seguridad democrática.

El segundo, grandes territorios del país continúan azotados por la guerra. Aunque muchos indicadores asociados a la persistencia del conflicto armado han disminuido entre 2016 y 2018, esos indicadores (a excepción del secuestro) registran un preocupante repunte. No es frecuente que una comisión de la verdad funcione en medio de la persistencia del conflicto armado. Si la negociación con el ELN se hunde y no prospera el sometimiento a la justicia de los grupos armados organizados, el trabajo de la Comisión será fragmentario.

El tercer reto se deriva de la debacle del plebiscito. Esta Comisión nace en un momento histórico caracterizado por la polarización en torno a un anhelo tan universal como la paz. Por eso, deberá construir relaciones cotidianas de diálogo y acercamiento ciudadano; propiciando un ambiente de confianza que le permita a los colombianos ser partícipes de un pacto por la convivencia y la reconciliación nacional. El reto es conseguir un fuerte respaldo ciudadano.

Lo que se avecina es un proceso continuo de descalificación y deslegitimación continua de las actuaciones de la Comisión a la cual debemos ofrecer todo nuestro respaldo y acompañamiento.

En consecuencia, los siguientes serán tres años donde los once comisionados, a partir de un enfoque metodológico multidimensional (territorial, género, diferencial y étnico), tendrán la compleja tarea de construir una narrativa en clave de reconciliación que permita un diálogo entre las múltiples perspectivas asociadas al conflicto armado.

De esta manera, en coherencia con nuestros valores y principios nos obliga a ayudar a generar conciencia de la responsabilidad que cada hermana o hermano de nuestros talleres tiene en la construcción colectiva de la verdad como soporte de la paz.

Conocer la verdad de lo ocurrido es, sin duda, un punto de partida sin el cual la reconstrucción del tejido social colombiano se torna realmente inviable.

De la mano de la verdad, y anclado en nuestro ideario de la vida en paz, está el perdón. Debemos aceptar que el perdón es, en efecto, una decisión personal que debe avanzar hasta la derrota del rencor en que hoy está estancada una parte importante de la sociedad colombiana. A través del perdón podrá recorrerse el complejo camino de la reconciliación.

No nos agrupamos en nuestro Taller para ejercer una militancia partidista, pero ello no nos exime de optar y luchar por las políticas públicas en beneficio de la paz. Por supuesto, por fuera de la Logia, cada uno de nosotros conserva toda su libertad ciudadana para militar en el partido de sus ideales.

En la Res:. Log:. nº 1796 “Estrella del Sur” debemos reafirmar nuestro compromiso de contribuir a consolidar la paz sobre la base de la verdad como un catalizador para construir una sociedad responsable y digna.

Es mi palabra

Oscar Arango Gaviria

Resp:. Log:. nº 1796 ”Estrella del Sur”, Or:. de Pereira

Enero de 2019

[1] La CEV fue creada por el acto legislativo 01 de 2017

 verdad-libertad-justicia-paz